6 de junio de 2012

BUSCANDO UN DESVÍO






Hay un día, ya verás, un día que es la hostia. Ese día todo es bueno. Ves a la gente que quieres ver, comes la comida que más te gusta y todo lo que te pasa ese día es lo que quieres que te pase. Si pones la radio la música que sale es tu canción favorita, si vas a la tele ese día a un concurso lo ganas todo: el dinero, los viajes... todo. Fíjate bien lo que te digo, todo. Pasa sólo una vez en la vida, por eso hay que estar muy atenta, no sea que se te pase. Es como un desvío. Como cuando vas por la carretera y hay un desvío hacia otro sitio pero a lo mejor vas hablando por el móvil o lo que sea y se te pasa. Y te jodiste, porque ya no puedes volver atrás. Pues ese día es lo mismo. Un desvío. Y es muy importante porque puedes elegir por donde va a seguir todo, si por ese camino que es nuevo o no. Por eso tenemos q estar muy atentas, muy atentas. Porque hay muy pocas cosas buenas. Y si encima se te pasan porque estás hablando por el móvil o pensando en otra cosa sería una mierda. Una mierda completa. 


PRINCESAS (2005). Fernando Leon de Aranoa.

4 de junio de 2012

MOMENTOS 'CLICK'

Momentos 'click'. O como fotografiar con la mente lo que no podemos con una máquina. No podemos y no debemos. Porque este tipo de fotografía 'mental' no tiene nada que ver con la convencional, la que precisa de una cámara.
Pasa pocas veces, de vez en cuando. Y sólo unos pocos son (somos) capaces de identificar este tipo de momentos. En adelante los llamaré 'momentos auténticos'. Aislados, alejados del bullicio urbano, de las prisas y los gritos. Demomenteamos absorbidos por la rutina más autómatica y sistemática. Despertar, trabajar, desayunar, comer y cenar. No importa el orden. Pero siempre lo mismo. Las mismas caras, los mismos horarios, las mismas costumbres. Y cada día coges un poco más de aire y te vas hinchando como un globo. Respiras pero te ahogas. Entre tanta prisa necesitas parar un momento. Sólo un momento para ver las cosas con distancia. Y cuando consigues parar, en otro sitio y a otra hora, marea. Demasiada información con demasiado poco tiempo para analizarla.
No sabes por qué pero sientes la necesidad de andar y cruzarte con gente nueva. Andar, pasear sin rumbo y encontrarte con gente nueva. Caras nuevas. Miradas nuevas que te vean por primera y, quizás, última vez. Y de repente, sin previo aviso, sucede. Una sonrisa, un gesto de alguien totalmente gratuito. Sin pretensiones. Sin esperar nada a cambio. Hay pocas sensaciones mejores que esa... Y tu mente hace 'click' y guarda ese momento para siempre. En ese bolsillo mental que guarda todas las cosas buenas que hace falta ir sacando poco a poco cuando vienen mal dadas.

En una de mis películas favoritas (de esas que ves una y otra vez y no te cansas, porque en cada visionado descubres algo nuevo) la protagonista dice que es 'experta en últimas miradas'. Y es cierto. Pocas cosas tienen más fuerza que una mirada. Puedes negar con palabras lo que tus ojos confirmarán. Y esas últimas miradas entran dentro de esos 'momentos auténticos'. De esos que se viven una vez y no sabes cuándo será la siguiente vez que te sucedan. Por eso cuando los sientes, cuando te entra un hormigueo por los dedos y una profunda sensación de felicidad, sabes que ha llegado. Y que es el momento de hacer ese 'click'. Porque ese click es lo que te atormentará pensando cuándo será la siguiente vez que lo percibas pero, a su vez, le dará sentido a la vida. A tu vida. Hasta que puedas volver a pulsar ese botón mental y hacer que ese momento sea tuyo para siempre.