30 de marzo de 2010

UN CÍRCULO VICIOSO


Por círculo vicioso se pueden entender distintas cosas depende del momento. Pero si hay algo que presentan en común las distintas situaciones en que se puede dar este concepto, es que siempre resulta recíproco y repetitivo.

Pues bien, justamente es en ese maldito lugar donde he entrado y de donde es tan difícil salir. Odio esos días en que desde que te levantas todo te parece distinto, y no precisamente para bien. Ya para empezar, el simple hecho del sonido reiterativo del despertador, siempre con un sonidito irritante (a no ser que tengas la brillante idea de poner tu tema musical favorito, tema que acabarás odiando en un plazo de dos a tres días) ya hace que te levantes con el pie izquierdo. Te frotas un poco los ojos mientras te vas zarandeando hacia la cocina y te repites una y mil veces que "hoy va a ser un buen día", aunque sabes que con ese ritmo que llevas en el cuerpo, el tema está difícil. Llegas a la cocina con la esperanza de que "el momento café" no puede fallarte, y resulta que ni siquiera el mayor de tus vicios te parece bueno ese día. Todo esto sin contar que cuando consigues decidir qué ponerte (aviso para navegantes: es horrible pensar qué ropa vas a ponerte en un día de esos en que parece que lleves una nube negra como peineta) después de estar embobada media hora delante del armario, tu día fuera de las cuatro paredes que conforman tu casa, no mejora para nada. No te apetece hablar, ni andar, pero tampoco quedarte ni callarte.

¿Entonces... qué? La clave está en romper con estos círculos viciosos, porque como algunos vicios (soy de las que piensa que no todos) pueden resultar perjudiciales para la salud. En tu mano está asumir que el despertador suena cada día para indicarte que otro día empieza y que está en tu mano aprovecharlo o echarlo a perder, cambiar la sacarina por el azúcar en el café y hablar con la gente para darte cuenta que un día no es como empieza, sino cómo acaba. Y eso es justamente lo que voy a hacer.

¿Lo demás? Lo demás es "fatum"... lo que comunmente llamamos destino.