22 de junio de 2011

MOMENTOS

La vida se mide en momentos.

Pero, como todo en la vida, hay distintos tipos. Vivimos viviendo, sobre la marcha, sin grandes planes, aquí y ahora. El famoso carpe diem. Pero a veces, sólo algunas veces, un momento hace que se detenga el tiempo. Y te planteas cosas que hasta entonces ni habías valorado. Y planeas, piensas, imaginas. Y te sientes rara. Como si existieras a medias. Como si vivieras con una pierna, un brazo y un ojo. Como si te faltara algo imprescindible. Algo que nunca antes habías valorado porque tú desde que eres tú siempre lo has tenido. Y te entra vértigo y claustrofobia y toda esa clase de sensaciones que te entran cuando algo no funciona. Cuando algo agobia y angustia. Cuando sucede algo que no quieres para ti ni para nadie. Porque no es justo, porque no te lo mereces.

Y entonces miras la vida de otro modo. Como pasada por el photoshop, con algo menos de saturación y menos luminosidad. Apagada. Falta de color.

Y es entonces cuando caes en la cuenta que la vida es vida cuando se comparte. Cuando das sin necesidad de recibir. Cuando hay alguien ahí, siempre, aunque sea en la sombra. Y cuando ese alguien es imprescindible. Porque su silencio, su sonrisa, sus gestos y sus cosas insoportables son un pilar insustituible en tu vida. Porque los momentos, más tarde, son recuerdos. Y los recuerdos quedan gravados a fuego lento.

Y es justo en ese instante cuando te das cuenta que la vida, tu vida, se mide en instantes. En momentos. En situaciones y personas. Y que cuando vienen maldadas son sólo esas situaciones y los recuerdos borrosos que te quedan de ellas las que pueden salvarte la vida.

Porque hay momentos que son fugaces... y momentos que son eternos.

15 de junio de 2011

ECLIPSE


Hoy era día de eclipse lunar. De esos eclipses que en Catalunya sólo se pueden apreciar dos o tres veces al año. Hoy era el día y ahí nos has tenido a todos, mirando al cielo como tontos. Buscándote. Esperando que te dejaras ver. Que nos mostraras lo que eres capaz de hacer.
Pero nos olvidamos que 'eclipse' (del griego 'ekleipsis') significa desaparación y abandono.
Lo que sucede es que durante el eclipse la Tierra se sitúa entre el Sol y la Luna y esta última queda en la sombra, oscurecida. Y sí, desaparece. Y además esto sólo puede ocurrir cuando hay Luna Llena.
La luna en muchas culturas es símbolo de feminidad, ya que su ciclo, al igual que el nuestro, dura 28 días. Cuentan que la luna llena puede afectar a la conducta humana y a algunos efectos de la naturaleza. En las noches de luna llena sube la marea, puede provocar insomnio, trastornos hormonales, depresión, hiperactividad... Incluso hay quien asegura que las noches de luna llena se cometen más asesinatos.
Si yo conozco todos estos datos... Ella también. Y claro. Yo lo entiendo. Ella todo el año ahí arriba, tan sola, saliendo cada noche día tras día y nosotros vamos y sólo nos acordamos de ella cuando hay luna llena (que es tan sólo una vez al mes) o cuando hay un eclipse (todavía menos).
Como buen símbolo de la mujer es pícara y orgullosa. Y hoy, día de eclipse, se ha dejado ver más bien poco. Pero no pasa nada, porque yo intento disfrutar cada día un poquito de ti y cuando vuelvo a casa siempre miro hacia arriba y a los lados buscándote, intentando adivinar por dónde te habrá dado por salir.
Hoy nos has tenido a todos un buen rato mirando al cielo y mucha gente no ha podido verte.
Y creo que a lo lejos escucho cómo te ríes...
Buenas noches, coqueta.


13 de junio de 2011

SI NO EXISTIERAS


Si no existieras inventaría las conversaciones en el coche, los silencios que lo dicen todo, las cervezas en una terraza.
Inventaría también las miradas, los abrazos, los besos en la nariz y los pies fríos.
Inventaría, al fin y al cabo, lo que eres y lo que has conseguido que yo sea.
Porque si no existieras... yo te inventaría.