25 de mayo de 2009

ES ABSURDO QUERER SUBRAYAR LO QUE BORRA EL OLVIDO




La vida consiste en eso. Abrir y cerrar ciclos. Nacemos, crecemos, nos enamoramos, sufrimos, somos felices... pero nada es para siempre. Ni lo bueno, ni malo. Parece muy obvio, pero hay que tenerlo en cuenta. Porque los momentos buenos nos parecen fugaces; cuando nos divertimos y disfrutamos, parece que el tiempo pase en milésimas de segundos. En cambio, cuando lloramos, sufrimos, nos angustiamos, el tiempo parece eterno. Las agujas del reloj no giran, avanzan lentamente, muy lentamente. Pero ninguna de las dos cosas son ciertas. Ni lo bueno dura poco ni lo malo dura mucho. El tiempo, es el tiempo y nada más. Supongo que hacerse mayor consiste en eso, en ser consciente de cuánto llevas aquí y de cuánto tiempo te queda. Vivimos cómo si nuestra finitud fuese una utopía, un sueño. Nos dedicamos a aplazar y posponer todos nuestros planes porque "qué mas da, ya lo haré mañana". Pero... ¿y si no hay un mañana? ¿Por qué no hacemos hoy lo que podemos dejar para mañana?
No hay nada más absurdo que dar vueltas y vueltas sobre un mismo círculo, básicamente porque siempre acabas pasando por el punto inicial. Yo creo que es mejor andar en línea recta, porque si vas en una dirección fija, lo más normal es que encuentres un destino, una meta. Pero a veces, más que el punto de llegada, lo importante es el viaje. Para esto hay que llenar la mochila sólo de las cosas imprescindibles, cosas que te ayuden a crecer y a cerrar círculos. El rencor, el odio y el pasado, pesan demasiado.

4 de mayo de 2009

SINCRONCIDENCIAS


Siempre he creído en las casualidades y en las coincidencias. Supongo que tiene algo que ver con el caos y el cosmos... También con el orden y el desorden. Nada puede ser planificado, porque un detalle, un minúsculo e insignificante detalle, puede desmontarlo todo. Uno tiene que ser consciente de que esto es así y buscar vías alternativas, coger un atajo. El camino es largo y hay muchos obstáculos, pero hay una pequeña ayuda para esquivarlos: las señales. Sí sí, me refiero a esas señales imperceptibles para la mayoria de los humanos, y es que no se trata de ver para creer, sino de creer para ver. Sólo así encuentras sentido al sinsentido, sólo así puedes poner un poco de orden en el caos. Supongo que también tiene que ver con el miedo. No se puede vivir con miedo. Es muy sencillo: las señales son piezas de un puzzle que tienes que ir construyendo poco a poco, con paciencia. Si lo consigues puedes considerarte afortunado, porque ya nadie usa la imaginación, ya nadie va más allá. Perdón, me iba por las ramas, muy común en mí. Volviendo a las casualidades... hace cosa de un par o tres de meses que la casualidad y la sincronicidad se han convertido en mi pan de cada día. Por alguna razón que desconozco, cada vez que miro el reloj son horas gemelas. Es decir, las 11:11, las 12:12, las 13:13, las 23:23, la 01:01. Y diréis: "son casualidades". Pero es que el tema ha llegado a tal nivel que me da miedo mirar el reloj, porque sé que será una hora de esas. Algunos hablan de "ajuste del reloj biológico", otros de simple coincidencia, pero yo empiezo a pensar que lo que parece casualidad ya es causalidad...