29 de enero de 2009

ESPERANDO LA CASUALIDAD DE MI VIDA


Sí. Soy una fanática de Medem. De sus miradas, sus círculos, sus casualidades, sus encuentros, sus destinos, de sus claro-oscuros... de su caos. Y, en parte, me veo como Medem ve a su 'Caótica Ana':
"Ana pisa su presente pero ya está poniendo el próximo paso por delante, por si acaso al tiempo se le ocurriera transcurrir más rápido. Ella quiere ser siempre la primera en apuntarse a lo que está por llegar, nunca a lo que ya ha sido y menos a lo que está muerto. O apagado. O falto de color".

Me gusta ver más allá de lo visible, oír más allá de lo escuchable... hacer, aprender. Y aprender, si quieres, aprendes: de una palabra, de un gesto, de una mirada, de un silencio. Hablo mucho, a veces demasiado. Ya dicen eso de 'cuando hables, asegúrate que tus palabras sean mejores que el silencio'. Pero... ¿quién ha dicho que el silencio no diga nada? Cuándo alguien tiene mucho que decir, no dice nada, y ese silencio ensordece.
Soy desordenada e inpuntual a veces. Odio madrugar y no soporto la soberbia.
Me encanta el café, el número 3, las películas y la música.
Creo en la posibilidad de lo imposible, en los sueños y en mí.
Confío en las casualidades, en la fuerza de lo efímero y en que las cosas pasan (o no) porque tienes que pasar (o no).
Acabo de recordar una frase de la película de 'Los amantes del círculo polar':
"Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante.
Ya no quedan casualidades buenas. La culpa es mía, que las gasté muy rápido".