14 de abril de 2011

QUIERO SER GUIRI


Quiero ser guiri.
Cambiar de calles, de aires, de gente. Quiero maravillarme de algo o de todo. Abrir bien los ojos y admirar las cosas como se hace cuando ves algo por primera vez. Eso también lo quiero. Quiero sensaciones primarias. Hormigueos en las manos, mariposas en el estómago.
También me gustaría quitarme el reloj y no mirarlo mientras dure el viaje. Quiero perderme en el paisaje. Tumbarme y notar el sol en la cara. El olor a hierba recién cortada. El olor a café por la mañana.
Ni un cláxon, ni un 'es urgente', ni un grito.
Sólo el destino elegido y yo, mano a mano.
Quiero comer a las cuatro y cenar a las 12. Quiero irme a dormir cuando amanezca y que me duelan los pies de bailar. Quiero quedarme sin voz. Aprender un idioma nuevo. Perderme.
















Y encontrarme.

6 de abril de 2011

COMO UN PUZZLE QUE NO ENCAJA


O como una brújula sin norte, un mensaje en una botella o un pajar sin aguja.
No encaja, no cuadra. Te esfuerzas, pero es imposible. No es así como te lo imaginabas, no, de ningún modo.
Y pasan los días y te repites una y otra vez que mañana lo verás todo de otro color. Que 'esto también pasará'. Y pasa, pero no cambia. Si acaso coge un aspecto más gris, triste, falto de color.
Y te repites que no es así como tú eres, ni tu manera de ver la vida, la gente, el mundo. Pero aguantas. Respiras, suspiras y aguantas. Entornas los ojos hacia arriba y tiras la cabeza un poco hacia atrás, como para coger fuerzas, como para echar a correr. Pero no corres, ni siquiera andas. Te quedas en esa misma baldosa, justo entre aquello que separa lo que eres y lo que podrías llegar a ser.
Y entonces te haces la pregunta: "Merezco esto? Esto es lo que buscaba? Esto es lo que quiero para mí?" Y la respuesta siempre es la misma: NO. Un NO rotundo. Seco. Breve. Un NO mudo, nulo, ciego y sordo. Un NO que nunca llegas a pronunciar.
Y pasan los días y te vas haciendo pequeña, frágil, débil... y te enfadas. Porque no te cuadra. Porque podría ser de otra manera y no lo es. Porque con cada rayo de Sol pones todo tu empeño en que las cosas sean algo diferentes. Y el resultado es siempre el mismo. Nada. Nada. Nada...
Y entre suspiro y suspiro te vuelves a preguntar una vez más: Cuánto se puede tensar la cuerda, la paciencia, el ánimo? Y te das cuenta que no se puede tensar más, que en cualquier momento puede romperse. Y entonces recuerdas cómo eras antes, cómo te veías y cómo veías el mundo. Las calles, la gente. Y no era así. Y decides decir NO, pero esta vez bien alto y rotundo. Y decides que si el puzzle no encaja es porque, quizás debes cambiar de juego. Porque si hasta ahora no has encontrado la pieza que te falta, probablemente no la encuentres ya. Almenos no aquí. Almenos no así. Porque cuando algo no encaja, sólo tú puedes hacer que las cosas cambien.
El Sol ya tiene suficiente trabajo con salir cada mañana...