18 de mayo de 2011

ABRE LA PUERTA


Siempre me han fascinado las puertas. A parte de por la obviedad que supone pensar que una puerta es algo que te separa de un espacio a otro, me inquietan porque creo que a las personas se nos podría definir con distintos tipos de puertas. Me explico. Cuando era pequeña me hicieron un juego de estos que tienen un supuesto trasfondo psicológico en el que me tenía que imaginar una puerta. Y desde el primer segundo tuve clarísimo su apariencia, como si la tuviese delante, oye. Era grande, es decir, alta y ancha, de madera envejecida y de un color azul muy intenso.
Entonces la persona me dijo que la imagen de la puerta que yo había proyectado en mi mente, era cómo yo me veía por dentro; si me la había imaginado de madera era porque me veía como una persona sencilla, sin pretensiones y humilde. Y el color azul, asociado a la frescura, la mente, la tranquilidad... y al signo de piscis, que es el mío.
Todo este rollo simplemente es un pretexto para volver a la obviedad número uno: una puerta abre otra puerta. Pero es que hay gente que se lamenta contínuamente de que la puerta no se abre, que no hay manera, que está totalmente blindada. Y entonces me viene la obviedad número dos: la personas a veces nos comportamos como puertas, pero viejas, carcomidas y oxidadas.
El primer paso para encontrar una puerta que te abra otra, y otra, y así sucesivamente es buscarla. Y el segundo, como dice la conocida frase, "hay dos palabras que te abrirán muchas puertas en la vida: tire y empuje". Pero levántate, muévete y empuja. Sobretodo empuja.
Y hablando de esto, hay gente que se pasa la vida buscando una puerta y otros, en cambio, viven rodeados de ellas. Como a la Caótica Ana de Julio Medem, que su vida era un conjunto de puertas entreabiertas. Y eso sí que es un drama. Las puertas, de toda la vida, o abiertas o cerradas. Que no os pase como a ella, que sus puertas hacían que estuviese a caballo entre su vida presente y todas sus vidas anteriores. Tú, que sólo tienes una, la de hoy y la de ahora, abre la puerta de par en par. A ver qué pasa.