1 de febrero de 2011

ECHAR DE MENOS


De repente me doy cuenta de que todo se ennublece y que el ruido se va diluyendo.
Hay gente que está hablando pero no entiendo lo que dicen, no sé de qué hablan, pero tampoco me importa.
No sé exactamente cuánto rato hace que no pestañeo ni dónde estoy mirando. Supongo que ni aquí ni allá, al infinito. Miro pero tampoco veo. Estoy aquí pero, en realidad, estoy en otra parte. En otro tiempo. Con otra gente. Ni siquiera yo soy la que soy ahora.
Algo me ha transportado a ayer, anteayer o quizás algunos años atrás. Y entonces empiezo a sentir un cosquilleo en el estómago que me sube por las costillas y llega hasta el cuello para acabar cogiendo forma de nudo, lazo o enredadera. Las manos y los pies se me adormecen con un desagradable hormigueo. Y mi respiración cada vez es más lenta.
Es curioso recordar y echar de menos, ¿verdad? Parecen dos cosas distintas pero, al fin y al cabo, las dos tienen algo en común: la pérdida. Pérdida de familia, amigos, pareja, casa, trabajo...
Pero no tiene porque ser algo negativo. Es algo, por decirlo de alguna manera, agridulce.
No es nada fácil echar de menos, porque es asumir que en tu vida falta algo que en su día fue muy importante.
No me lo había planteado nunca pero aunque echar de menos y recordar, en mi opinión, vayan unidos, creo que uno es primero que el otro.
Yo creo que primero recuerdas algo o a alguien y, en el momento de recordarlo, si caes en la cuenta de que ya no tienes ese algo o alguien en tu vida, es en ese preciso instante cuando empiezas a echar de menos. Es como un proceso en cadena o algo así.
Pero hay muchas formas distintas de echar de menos y algunas son muy complicadas.
Para mí, una de las formas más difíciles de echar de menos es la que se acerca a lo que llamamos nostalgia. Y, como decía, normalmente echamos de menos o tenemos nostalgia de cosas que hemos tenido o nos han pasado pero ahora, por diferentes motivos, ya no tenemos.
Pero ¿y cuando echas de menos algo que jamás has tenido y que, seguramente, nunca jamás vayas a tener? Lo sabes, eres consciente, pero aún así lo echas de menos. Supongo que esto está más cerca del 'quiero y no puedo' o el 'debo pero no quiero' que de la nostalgia. La nostalgia creo que siempre implica pertinencia.
Pero sucede que a veces, por algun motivo echas de menos algo que no deberías, porque nunca lo has tenido. Y si nunca lo has tenido deberías echarlo de más.
- Oye! En qué piensas?
- Estaba echando de menos... a mi manera.

No hay comentarios: